martes, 23 de febrero de 2010

Alcohol

Unas recomendaciones para bajar la borrachera. Aunque como dicen por ahi, lo mejor es no tomar, si tomas no lo dejes de a fregadazo, si no te salen todos los males.

Existen muchos mitos para prevenir la borrachera y en consecuencia la cruda, pero contra el alcohol no hay más remedio que evitarlo, pues no existe sustancia alguna que inhiba sus efectos, y es el hígado el órgano encargado de eliminarlo, o sease ya nos fregamos, no hay manera de no ponerte hasta el full si tomas y tomas como fabian.

El alcohol no hace daño si comes algo antes. Falso. La presencia de comida en el estómago hace algo más lenta la absorción del alcohol, pero el daño es idéntico. Además, por tardar más en apreciarse sus efectos, a menudo se bebe más y después la intoxicación etílica es más grave y peligrosa.

Con bebidas energéticas el alcohol me afecta menos. Falso. Lo que realmente ocurre es que el que bebe no nota la sensación de embriaguez aunque sí esté intoxicado y bebe más, con lo que el riesgo es doble. La explicación es sencilla: el alcohol es un depresor y las bebidas energéticas contienen estimulantes que contrarrestan su efecto. El alcohol es un sedante hipnótico, aunque en un primer momento produzca sensación de euforia. Cuando se llega a una determinada concentración en sangre (que varía de una persona a otra), aparecen los primeros signos de intoxicación (descoordinación, pérdida de reflejos, mareos, somnolencia…) que, a su vez, son señales que nos envía el organismo que nos avisan de que estamos sobrepasando nuestro umbral de tolerancia.En el proceso de eliminación del alcohol se invierten varias horas, en las que los enzimas hepáticos trabajan a marchas forzadas. Cuanto más alcohol se bebe, más se castiga al hígado y a otros órganos vitales. Si en este tiempo ingerimos estimulantes, las señales para que dejemos de beber desaparecen o, por lo menos, se amortiguan. Así, aunque el cuerpo no pueda manejar el exceso de alcohol y se resienta por ello, nuestro cerebro no se da por aludido y la persona sigue bebiendo. Asimismo, algunos cardiólogos advierten que las personas sensibles a la cafeína deben saber que estas bebidas alteran la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Además, las que llevan taurina inciden en la contractilidad del músculo cardiaco por lo que pueden presentarse arritmias y taquicardias. Si la mezcla se consume durante mucho tiempo, pueden aparecer patologías graves, como hígado graso, tumores, hepatitis o cirrosis. El motivo es que el consumidor estará tomando habitualmente cantidades de alcohol mucho mayores que las que su organismo puede metabolizar con facilidad.

Algunos mitos para cortar con la borrachera:

Darle café al alcoholizado: el café lo va a despertar, pero no le va a devolver los reflejos ni sacar el estado de ebriedad.

Bañarlo o sumergirlo en agua: no sólo no quita el alcohol de la sangre, sino que le puede generar hipotermia.

Tomar agua pensando en diluir la sangre u orinar el alcohol: el alcohol no se orina y la sangre no se diluye.

Vomitar: con la acción de vomitar solamente se elimina el alcohol que aun el intestino no logró absorber, pero no se quita la borrachera.

Si ya andas hasta el huevo o uno de tus cuates checa lo siguiente:

Hay que diferenciar los distintos estados de ebriedad. Si el alcoholizado se encuentra despierto hay que, como primera medida, sacarle la bebida (sí, le metes el dedo u otro objeto que le quepa en la boca). Además, se deben seguir los siguientes pasos: hablar con él, el objetivo es que mantenga el foco de atención y, así, evitar que se duerma; después hay que hacerlo vomitar para sacar el alcohol de su estómago e intestino (¡ojo! Nunca hay que realizar esta maniobra si ya hace dos horas que la persona no toma, ya que, pasado este tiempo, el alcohol que había en los intestinos ya fue absorbido).


¿Qué hacemos si el alcoholizado está inconsciente? Primero, ponerlo en posición lateral de seguridad para evitar el atragantamiento y la aspiración del vómito; luego, evaluar el grado de anestesia que tiene a causa del alcohol (es decir, el grado de respuesta). Para esto hay que estimularlo y ver cómo reacciona. Atención, el estimulo debe ser doloroso (ejemplo: darle unas cachetadas, un patin en la espinilla).

Una persona que no reacciona a un estimulo doloroso está grave y hay que pedir ayuda profesional de manera urgente. La razón por la cual una persona entra en estado de “borrachera” es simplemente porque consume más alcohol del que el hígado puede procesar o metabolizar.

El punto limitante del “aguante” lo determina el hígado. Este órgano metaboliza el alcohol y lo transforma en acetaldehído y agua. Ese proceso tiene una velocidad determinada por la genética, pero que no es muy diferente entre las personas y ronda los 10 gramos de alcohol puro por hora. Es decir, que si una persona consume más de 10 gramos de alcohol en una hora, le va a sobrar alcohol que circulará en la sangre, llegará al cerebro y seguirá en el cuerpo hasta que el hígado pueda metabolizarlo a su velocidad.

10 gramos de alcohol puro, es el alcohol puro que hay en una lata de cerveza, una copa de vino o un shot de cualquier bebida destilada. Por ejemplo, si se consumen cinco latas de cerveza en una hora, el alcohol tardará cinco horas en desaparecer del organismo.

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